
Empiezo uno de los primeros posts de este blog hablando de un tema muy trillado, la archiconocida “Transformación digital“. Hoy en día no hay escuela de negocios o universidad que no cuente con conferencias, master class o ponencias sobre este concepto. Yo ya lo escuchaba cuando cursé el MDB en ESIC allá por 2012 y si hay algo que ha cambiado menos que el mensaje es el panorama empresarial medio…
¿Necesita tu empresa una transformación digital?
A día de hoy el que piense lo contrario es que todavía también piensa que la tierra no es redonda. Internet está llena de informes, infografías y multitud de fuentes de información que pueden sepultar a cualquier incrédulo con toneladas de información acerca de que no es que sea necesario, es que la mayoría del tejido empresarial ya está llegando tarde (y obviamente los que lo han visto llegar no paran de sacarte distancia mientras tu lees estas lineas).
Da igual el sector en el que se mueva tu empresa, la pregunta no debe ser si necesita o no la transformación digital, la pregunta es cuando y qué supone para tu empresa.
¿Qué supone para mi empresa una transformación digital?
Principalmente un cambio de mentalidad. Y esto que parece de sentido común, es menos común de lo que los profesionales del marketing online nos gustaría ver en el día a día de nuestros trabajos.
La época en los que con contar con una página web corporativa con los datos de contacto y los enlaces a las redes sociales hace tiempo que dejaron de ser suficientes. De hecho uno de los argumentos que mas esgrimen los detractores del marketing digital es que esto no va con sus sectores y defienden los argumentos que, si te dedicas al marketing o la economía digital habrás escuchado alguna vez:
Mis clientes o proveedores no usan internet
Aunque esto fuese cierto, que no lo es…¿qué hay de los posibles nuevos clientes? ¿tampoco? Aún cuando el empresario medio de a pie sigue negando con la cabeza cuando se le pregunta por la competencia…la velocidad de su cabeza y/o negación parece ralentizarse. Es obvio que si al citado empresario no le atrae el canal digital, puede que ni siquiera tenga monitorizada o controlada a la competencia pero oye, ya empieza a dudar de si está siguiendo el camino correcto, algo es algo…
Ya tengo página web y utilizo todos los canales de comunicación digitales
Esto como comentaba antes, no va de si tienes o no tienes sino de cómo lo gestionas. Cada vez que un empresario medio dice que hace e-mail marketing, seo o social media me echo a temblar…
Enviar mails a una base de datos no segmentada una vez a la semana o una vez al mes, no es hacer e-mail marketing, tener facebook o twitter y desear #felizfindesemana a tus seguidores (que el 90% son tus propios trabajadores) no es hacer social media así como tener una página en WordPress porque la empresa que te la montó te dijo que era bueno para el SEO, tampoco es hacer seo.
¡Transformación o extinción!
¡Despierta empresaurio!. Te están adelantando por la izquierda, por la derecha y saltándote cada vez más empresas de la competencia mientras tu sigues pensando que tus 20 años de experiencia en el sector son argumento suficiente como para que tus clientes te sigan comprando.
Steve Jobs dejó una de sus celebres citas para la historia allá por el 2010 “No hemos sido los primeros, pero seremos los mejores, porque la innovación es lo que distingue a un líder de los demás“. Pregúntale mientras miras tu actual teléfono móvil si a Nokia le sirvió de algo dominar el mercado durante años.
Realizar una transformación digital no es subcontratar tu comunicación digital a una agencia (en el mejor de los casos) o contratar a un becario que se responsabilice de todo esto. Esto va más allá de todo esto, se trata de un cambio en tu ADN de empresa.
La transformación digital es un cambio de filosofía empresarial
Si tu empresa quiere sobrevivir al armageddon digital, debe comenzar por un cambio de filosofía y de estrategia. Esto debe de fluir en cascada desde el director hasta el último puesto de tu organigrama.
No comiences la casa por el tejado, empieza a definir una estrategia nueva, con unos objetivos claros y cualitativos si, pero también cuantitativos (no vale eso de “quiero vender más”, ¡Cuanto más! ¡En cuanto tiempo! ¡En qué canales!). Una vez tengas claro los objetivos, podrás dimensionar qué recursos son los necesarios para alcanzarlos. No solo económicos, sino también humanos.
Si estos objetivos han sido realistas, tal vez entiendas por qué no parece ahora tan buena idea pedir en infojobs un perfil de empleado que domine todos y cada uno de los canales de comunicación digitales a nivel estratégico, sepa implementar las acciones derivadas de esas estrategias y además cobre poco más del salario mínimo…o peor aún, que se encargue fulanito o menganito cuya función en la empresa es otra pero oye, entiende de temas tecnológicos. Claro que este último parrafo da para otro post, ¿qué me dices, te animas a seguir leyendo?